Previo
a la Asamblea
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Bienvenida
brindada por el Secretario General de la FLM
Rev. Dr. Ishmael Noko
¿Por qué se reúne la Comunión
Luterana de Iglesias en una Asamblea?
Queridas
hermanas, queridos hermanos,
Uds., tal vez, se
preguntarán "¿Por qué debemos traer a personas de todas
partes del mundo para reunirse en una Asamblea "? Las razones
se estipulan en la Constitución de la FLM, e incluyen asuntos tales
como la elección de funcionarios de la FLM y miembros del Consejo,
y la recepción y eventuales acciones sobre informes presentados.
Los asuntos tratados en la Décima Asamblea de la FLM serán de suma
importancia para determinar el futuro liderato y rumbo que deberá
seguir la Federación en su trabajo. Pero, más allá de estos
indispensables asuntos constitucionales, existen razones
profundamente teológicas y misiológicas.
La iglesia (ecclesia)
_ como pueblo de Dios, cuerpo de Cristo y templo del Espíritu Santo
_ es, por su misma naturaleza, una `asamblea'. La Asamblea de la FLM
permite que, juntas, las iglesias puedan rendir culto a Dios, dar
testimonio de su fe, conferenciar y pronunciarse sobre asuntos
comunes que conciernen a la iglesia toda, y expresar su unidad como
parte de la una, universal y nueva comunidad en Cristo.
Desde 1990 nosotros, como
FLM, consideramos que somos más que una mera federación de
iglesias afiliadas. Somos una comunión de iglesias luteranas
unidas por la Palabra y el Sacramento. Esto mantiene nuestra unidad
y da un significado mucho más profundo a nuestra unión que
cualesquiera estipulaciones constitucionales. "La comunión con
Dios y la comunión entre las personas …..son posibles a partir de
la comunicación de Dios mismo tal como se expresa en los actos
humanos de la predicación del Evangelio y de la administración de
los sacramentos."1 Cada vez y dondequiera que nos
reunimos en congregaciones locales para oír la Palabra y celebrar
los Sacramentos, esto nos hace tener presente que lo hacemos como
parte de la comunión universal de los santos.
Esta más amplia comunión
debe convertirse para nosotros en algo que sea mucho más que una
realidad abstracta y desprovista de rostro. Debemos saber cómo
hacer tangible, escuchar, saborear y experimentar directamente esta
realidad. Ofreciéndose a sí mismo, Dios en un acto de amor se
encarnó en un ser humano. Similarmente, la comunión que
compartimos mutuamente, debe encarnarse en comunicaciones e
interacciones muy humanas, cara a cara, que enriquecen, exploran e
intensifican lo que verdaderamente significa ser una comunión.
Hoy día, computadoras y
otras tecnologías de información permiten que nos
interrelacionemos crecientemente por medio de redes, pero todo esto
no es nada ante la importancia de reunirnos juntos/as al mismo
tiempo, en el mismo sitio y directamente. Estando físicamente
presentes podemos comprender quiénes son nuestras hermanas y
nuestros hermanos en Cristo, y así desafíar todas nuestras
generalizaciones. Viviendo y trabajando juntos/as por varios días,
nos permite reconocer nuestras situaciones y percepciones
significativamente diferentes, como también todo lo que tenemos en
común. Por la gracia de Dios, podemos compartir en solidaridad
nuestras penas y alegrías, nuestras cargas y nuestros dones, y, en
ese proceso, comenzar a comprender lo que Lutero describe en su
explicación de lo que acontece en el Sacramento del Altar:
... de este modo por la
comunión de sus bienes y de nuestra desdicha formamos un pastel,
un pan, un cuerpo, una bebida, y todo es común. ... De ese modo
nos transmutamos los unos en los otros y nos tornamos comunes en
el amor. 2
Aquí recibimos la
promesa, un anticipo de la comunión de Dios con la creación
entera, el Reino de Dios venidero. Este acto de reunirnos en Cristo
por el poder del Espíritu Santo, tiene importantes consecuencias
continuas en el tiempo en nuestra vida común como iglesias en el
mundo entero.
La auto-entrega de Dios,
que constituye la comunión con Dios en la fe, busca su expresión
en el modelo del amor mutuo que se auto-entrega …por medio de un
mutuo compartir tanto en sus aspectos espirituales como materiales.3
Este Dios Triuno también
nos envía por el bien de la misión de Dios en el mundo. Prestar
atención a lo que significa la misión `para la sanación del
mundo' es una de las razones principales por las que las iglesias
afiliadas a la FLM se reunirán en Winnipeg, Canadá. Cuando así lo
hagamos, el poder del Espíritu de Dios nos mantendrá unidos, para
que podamos hablar francamente sobre los desafíos que nosotros y
nuestras iglesias tenemos que encarar, y discernir, debatir y tomar
decisiones sobre cómo tratar estos desafíos en nuestro trabajo
corriente como comunión: ¿Cómo podemos dar un fiel testimonio en
palabras y hechos `para la sanación del mundo'? ¿Cómo podemos
tratar las tensiones y los problemas que tenemos que encarar en
nuestras iglesias y nuestra sociedad? ¿Cómo puede esta comunión
de iglesias luteranas, como parte de la iglesia más universal,
promover en y por el bien del mundo la misión universal de Dios que
todo abarca?
Espero con placer esta
oportunidad de verlos y de encontrarme con ustedes quienes se reunirán
en Winnipeg.
Rev. Dr. Ishmael Noko
Secretario General
Notas
1 Christoph
Schwöbel, "The Quest for Communion. Reasons, Reflections and
Recommendations" en The Church as Communion, ed.
Heinrich Holze, LWF Documentation 42, LWF Publications, Geneva 1997,
p, 277
2 «Sermón
acerca del Dignísimo Sacramento del Santo y Verdadero Cuerpo de
Cristo y las Cofradías», en Obras de Martín Lutero, tomo
V, 209, 210
3 Schwöbel, p.
279 n
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