En su reunión de junio de 2000 efectuada en Turku, Finlandia, el
Consejo de la FLM decidió por significativa mayoría celebrar la
Décima Asamblea en 2003 en Winnipeg, Manitoba/Canadá. Por
votación secreta, la adjudicación de la Asamblea se decidió entre
las invitaciones de la Iglesia Evangélica
Luterana en Canadá (Evangelical Lutheran Church in Canada –
ELCIC) y la Iglesia Evangélica
Luterana del Norte del Elba en Alemania. Después de
Minneapolis, EEUU (1957), es la segunda vez que una reunión del
órgano supremo de toma de decisiones de la FLM se realizará en
América del Norte.
Al aceptar esta responsabilidad que la FLM confirió a la iglesia
canadiense, el entonces obispo nacional de la ELCIC, el Rev. Telmor
Sartison, expresó su gratitud por esta decisión. En una
presentación que un equipo de la ELCIC ofreció en una reunión
plenaria anterior al voto, el Rev. Sartison comparó la acogida de
la Asamblea de la FLM con "una invitación a nuestra casa …
una tal selección por el Consejo significaría, en toda humildad,
que las iglesias miembro de la FLM vendrán a nuestra casa. Esto
representa muchísimo para mí y para todos nosotros".
"El hecho que todas las iglesias miembro de la FLM vendrán
a Canadá, es una gran oportunidad tanto para la iglesia anfitriona
como para las iglesias miembro invitadas", declaró el Rev.
Sartison en una entrevista con Lutheran World Information (LWI), poco
después de que el Consejo tomara esa decisión. "Será una
bendición para nuestra gente poder ver y conocer a personas de
diferentes culturas. Un foro de la magnitud de la Asamblea
contribuye a que todas las iglesias puedan comprender mejor que
Jesucristo conlleva una perspectiva mucho más amplia y universal
que nuestros propios horizontes".
El Rev. Sartison, quien se jubiló en 2001, declaró además que
un encuentro de tales dimensiones también ofrece una oportunidad a
la iglesia anfitriona de conocerse mejor a sí misma. Los diferentes
sínodos y congregaciones trabajarán en común para preparar el
evento y en estos esfuerzos, inevitablemente, también incluirán a
otras iglesias cristianas, lo que, según el obispo luterano
canadiense, es un magnífico proceso de aprendizaje.
Raymond Schultz, sucesor del Rev. Sartison, manifestó que la
Asamblea brindará a los feligreses de la iglesia anfitriona una
oportunidad para experimentar lo que significa formar parte de una
comunión global de iglesias. Explicó que la nación canadiense con
sus 31 millones de habitantes se edificó sobre las contribuciones
de los inmigrantes y de sus pueblos aborígenes. Como declaró el
Rev. Schultz a LWI en una visita que hizo en febrero
de este año al Secretariado General de la FLM, ‘Para la Sanación
del Mundo’ significa en el contexto local de Canadá
"integrar a todas estas diferentes personas en una sociedad
única".
La ELCIC cuenta con aproximadamente 189,000 feligreses que
representan menos del uno por ciento de la población del Canadá.
Casi la mitad de los canadienses son de la Iglesia Católica Romana;
en segundo lugar figura la United Church of Canada (Iglesia Unida
del Canadá), integrada por metodistas, congregacionalistas y
numerosos/as presbiterianos/as, y luego sigue la Iglesia Anglicana
del Canadá.
El 6 de julio de 2001, en Waterloo, Ontario, la
Iglesia Anglicana de Canadá (ACC) y la Iglesia Evangélica Luterana
en Canadá (ELCIC), la mayor iglesia luterano de ese país,
adoptaron oficialmente la Declaración de Waterloo, aclamada
como un gran paso hacia la manifestación de la unidad visible de la
iglesia.