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COMUNICADO DE
PRENSA N°: 20
El Banco de
Semillas: Una organización para ayudar a personas necesitadas
Agricultores
canadienses contribuyen a combatir el hambre y la malnutrición en
el mundo
Winnipeg, Canadá, julio
29, 2003 - La
experiencia de viajar durante una hora hacia el sur de Winnipeg
puede ser realmente impresionante. Esta área pertenece a las
llanuras canadienses, una región donde se localizan grandes
extensiones de tierra dedicadas al cultivo y a la ganadería. Las
tres provincias que conforman la llanura canadiense son Manitoba,
Alberta y Saskatchewan.
Justamente en este
escenario, viven y trabajan numerosos agricultores que donan
semillas y productos a la reconocida organización "Banco
Canadiense de Semillas para Alimentos". El objetivo fundamental
de este Banco es almacenar semillas y granos que puedan ser enviados
posteriormente a países necesitados, especialmente en el Sur.
Quizás lo más atractivo del proyecto es el espíritu de buena
voluntad de los más de 3,000 granjeros que en todo el país
contribuyen con estos envíos a otros países como Afganistán, Corea
del Norte, Cuba, El Salvador, Etiopía, Honduras, entre muchos
otros.
"La idea de este
proyecto comenzó a fines de los años setenta", nos comenta
Richard Phillips, encargado de comunicaciones de la organización,
mientras nos conducía hacia una de las granjas. Si bien es cierto
que la idea original perteneció a los menonitas, en la actualidad
son 13 las denominaciones que participan en el Banco de Semillas.
Phillips, quien tiene una
vasta experiencia en materia de cultivos, explica que los productos
principales que se donan son trigo, maíz, granos, soya, semillas de
girasol y canola. La contribución anual es de 8 millones de
dólares en productos y granos. Al mismo tiempo, comenta sobre la
visión que a través de los años ha desarrollado esta
organización, que en estos momentos va más allá de la asistencia,
para entrar en el área del asesoramiento, de modo que se ha
contribuido a que en muchos países se puedan crear microempresas y
se resuelvan las necesidades de irrigación en zonas áridas del
planeta.
Uno de estos agricultores
que contribuye al Banco de Semillas es Doug Dyck, quien hace unos
meses tuvo la oportunidad de visitar Honduras y Nicaragua en un
seminario de estudio, y percibir de cerca las necesidades
alimenticias que aquejan a tantas personas en Centroamérica.
Este hombre, que desde
hace dos décadas ha donado
semillas y productos agrícolas a los bancos, comenzó hace ocho años
un proyecto aún más novedoso. Esta iniciativa
ha sido la de trabajar en un proyecto comunitario donde se comparte
la tierra, la fuerza laboral, y así todos y todas pueden participar.
"Es una labor educativa, cuyo objetivo es involucrar a parte de
la comunidad en el sentido de la ayuda humanitaria", explica
Dyck.
Dyck insistió en las
múltiples ventajas que les ofrecía a estos agricultores el trabajo
con organizaciones de las iglesias que tienen una gran credibilidad
y que garantizan que los productos llegarán a sus destinatarios.
En estos momentos existen
en Canadá alrededor de 250 proyectos comunitarios destinados a contribuir con
la recolección de semillas. Los Bancos tienen acuerdos
con el gobierno, de modo que los granos y semillas se pueden
almacenar en los mismos lugares de almacenamiento que se utilizan
para vender a las grandes compañías.
La mayoría de los
productos se envían a Vancouver y Montreal, desde donde salen los
cargamentos en los barcos hacia los países a los cuales se destina
la ayuda.
Los Bancos de Semillas de
Canadá continúan siendo un hermoso programa que contribuye de
múltiples maneras a combatir el hambre y la malnutrición en el
mundo. Este esfuerzo, multiplicado y con nuevas perspectivas para el
futuro es la manera que los agricultores canadienses han encontrado
de luchar por "una buena causa", como ellos mismos la
describen, rompiendo barreras y llegando a los más recónditos
lugares de nuestro planeta.
La Décima
Asamblea de la FLM se celebrará del 21 al 31 de julio de 2003 en
Winnipeg. Canadá, bajo el tema: “Para la sanación del mundo”.
La Iglesia Evangélica Luterana en Canadá (ELCIC) actuará como
anfitriona de la Asamblea.
En la Décima Asamblea participarán alrededor de 820 personas, que
incluyen 380 delegados y delegadas de las 133 iglesias con
membresía plena y de las tres iglesias que figuran como miembros
asociados. La Asamblea que por regla general se celebra cada seis
años, es el órgano supremo de toma de decisiones de la FLM. En el
período entre una asamblea y otra, el Consejo y su Comité
Ejecutivo dirigen las actividades de la FLM.
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dirigirse a:
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